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Niño: Sentimientos detrás del comportamiento

2 de mayo de 2024
Niño pequeño portandose mal en sitio público
Índice

    La conducta de un niño es más que simplemente lo que se ve a simple vista. La Teoría del Iceberg de la Conducta ofrece una perspectiva profunda sobre los motivos subyacentes detrás del comportamiento visible. En este artículo, exploraremos cómo esta teoría puede ayudar a los padres a comprender y abordar el comportamiento de sus hijos de manera efectiva, dentro del marco de la Disciplina Positiva.

    ¿Qué es la Teoría del Iceberg de la Conducta?

    La Teoría del Iceberg de la Conducta, popularizada en la Disciplina Positiva, nos invita a visualizar la conducta de un niño como la punta de un iceberg. Al igual que un iceberg, solo vemos una pequeña parte de lo que está sucediendo realmente. La conducta visible es solo la superficie, mientras que los sentimientos, creencias y necesidades subyacentes son la parte oculta, la más grande y significativa.

    Entendiendo la Conducta Visible

    Cuando un niño exhibe un comportamiento desafiante, como pegar a su hermano o llorar sin motivo aparente, es fácil enfocarse únicamente en esa acción visible. Sin embargo, la Teoría del Iceberg nos insta a mirar más allá de la conducta superficial y buscar lo que realmente está sucediendo en el interior del niño.

    Padre entablando una conversación con su hijo pequeño

    Buceando en los Sentimientos y Necesidades

    Para comprender verdaderamente el comportamiento de un niño, es necesario bucear debajo de la superficie. Esto implica explorar los sentimientos y necesidades que pueden estar impulsando su conducta. Por ejemplo, un niño que se siente desplazado o celoso puede recurrir a comportamientos agresivos para llamar la atención o expresar su malestar.

    Herramientas de la Disciplina Positiva

    La Disciplina Positiva proporciona herramientas prácticas para aplicar la Teoría del Iceberg en la crianza de los hijos. En lugar de simplemente reaccionar ante la conducta visible, los padres pueden adoptar un enfoque más comprensivo y proactivo al buscar las causas subyacentes del comportamiento de su hijo.

    Cambiando la Pregunta: De «Por Qué» a «Para Qué»

    Una forma efectiva de aplicar la Teoría del Iceberg es cambiar la pregunta de «¿Por qué está actuando así mi hijo?» a «¿Para qué está actuando así mi hijo?». Esta cambio de enfoque nos ayuda a centrarnos en las necesidades que el niño está tratando de satisfacer a través de su comportamiento, en lugar de simplemente buscar una explicación superficial.

    Madre regañando a su hijo pequeño por portarse mal

    Conclusiones: Los Niños No se Portan Mal, se Sienten Mal

    En última instancia, la Teoría del Iceberg nos recuerda que los niños no se comportan «bien» o «mal», sino que están respondiendo a sus propios sentimientos y necesidades. Al comprender y abordar estas necesidades subyacentes, los padres pueden cultivar relaciones más saludables y empáticas con sus hijos, fomentando un desarrollo emocional positivo y un comportamiento más constructivo.

    La Teoría del Iceberg de la Conducta ofrece una poderosa herramienta para comprender y abordar el comportamiento de los niños desde una perspectiva más profunda y compasiva. Al bucear debajo de la superficie y reconocer los sentimientos y necesidades que impulsan la conducta de un niño, los padres pueden promover un entorno familiar más armonioso y apoyar el crecimiento emocional de sus hijos.